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La lancha se fue. Cogió altura buscando  
San Carlos y desde entonces perdió tierra.  
Eso cuentan. Ya no vieron nunca tierra. Ni los 
cerros ven, ni las estrellas. Tienen años, dicen  
que tienen siglos de andar perdidos. Ya el barco 
está negro, ya tiene las velas podridas y las jarcias 
rotas. Mucha gente del lago los ha visto. 
Se topan en las aguas altas con el barco negro,  
y los marinos barbudos y andrajosos les gritan:
—¿Dónde queda San Jorge?
—¿Dónde queda Granada?
…Pero el viento se los lleva y no ven tierra. 
EstÁn malditos.
Conoce otro relato misterioso sobre 
lo que le ocurrió a un niño como tú 
en 
Las sombras de la escalera
,
de tu 
Biblioteca Escolar.