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Vivieron juntos muy felices hasta 
que un día, cuando acechaban a 
sus presas en el bosque, una figura 
enorme se cernió sobre ellos y fu-chu, 
el Elefante plantó su pata sobre el 
León y lo dejó planchado.
—¡Vaya! —dijo la Gata—. Ahora 
veo que la criatura más espléndida de 
la selva no es el León, sino el Elefante.
Vivieron juntos muy felices hasta que un 
día, cuando cazaban en el matorral, de pronto, 
catapún, de entre las sombras saltó el León, 
aterrizó en el lomo del Leopardo y se lo zampó.
—¡Vaya! —dijo la Gata—. Ahora veo que 
la criatura mÁs esplÉndida de la selva no es el 
Leopardo, sino el León.
Y la Gata se marchó a vivir con el León.