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La comida
En esa época hubo una mezcla de productos, fruto de las tradiciones alimenticias de 
las poblaciones prehispánicas y europeas, en las que el maíz y el chile en múltiples 
formas se combinaron con otros vegetales de no menor importancia, como el jitomate, el 
aguacate, la calabaza, el nopal y algunos otros productos junto con la carne de animales 
originarios de Europa. Eso explica la enorme variedad de la comida oaxaqueña actual. 
Destacan los moles negro, rojo, coloradito, amarillo; el estofado y el chichilo; así como 
las enchiladas, las entomatadas y las enfrijoladas. 
También de esa época proviene una gran variedad de tamales y, por lo menos, cuatro 
categorías de panes de trigo. De igual forma, fue común la elaboración de bizcochos, 
buñuelos, hojaldres, empanadas y pasteles salados o dulces. Entre las bebidas 
representativas del mestizaje sobresale el chocolate que, al mezclar el cacao de origen 
prehispánico con la panela obtenida de la caña de azúcar, de origen europeo, representa 
una de las más ricas fusiones que ofrece la cocina oaxaqueña.
Costumbres y tradiciones
Las calendas
Las calendas fueron traídas a Oaxaca durante el Virreinato por los franciscanos. 
Consisten en festejos populares que recorren las calles anunciando las celebraciones 
de los santos patronos de los templos. La algarabía popular es acompañada, por lo 
general, con música, cohetes y mezcal.
Las calendas recorren las calles anunciando las celebraciones de las 
festividades religiosas.