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BLOQUE
II
Templos y religión
Cholula recibió más tarde otra gran 
cantidad de migrantes, esta vez los 
toltecas, quienes expulsaron a los 
olmeca-xicalancas y se instalaron en 
su lugar. 
Cholula fue en este periodo 
un centro de mucha actividad, 
especialmente religiosa. En otras 
ciudades antiguas de la región, e 
incluso de la zona maya, se le conoció 
como una ciudad sagrada, pues hubo 
ahí un importante templo dedicado 
al dios Quetzalcóatl. Este templo es 
una enorme pirámide, la más grande 
que haya sido construida en México. 
Hoy se le conoce como Gran Pirámide 
de Cholula, pero fue conocida por 
los antiguos habitantes como el 
Tlachihualtépetl, que quiere decir 
‘
cerro hecho a mano’. 
En el mundo tolteca, los seres 
sobrenaturales otorgaban y quitaban; 
premiaban y castigaban a los humanos según 
éstos cumplieran u olvidaran sus deberes. Por 
ello, los sacerdotes tenían cuidado en realizar 
puntualmente y sin falta los rituales sagrados, 
al mismo tiempo que aprovechaban para 
pedir ayuda a los dioses para que las tareas 
humanas fueran más fáciles y dieran mejores 
resultados. 
Entre los dioses más venerados hay que 
mencionar a Quetzalcóatl, dios creador y de 
la sabiduría; a Tláloc, dios de la lluvia y de la 
fertilidad; a Chalchiuhtlicue, esposa de Tláloc 
y diosa de los ríos y los mares; a Huehuetéotl, 
dios del viento y del fuego; y a Centéotl, dios 
del maíz. Cada dios era representado con un 
elemento o 
indumentaria
 que lo hacía distinto 
de los demás: Quetzalcóatl va acompañado de 
una serpiente emplumada; Tláloc lleva dos 
serpientes enroscadas alrededor de sus ojos, 
en forma de anteojos; Chalchiuhtlicue tiene 
una falda de jade y Huehuetéotl aparece  
como un anciano.
Arriba: estela maya, colección 
del Museo Amparo. Abajo: 
cabeza tallada al pie de la 
Pirámide de Cholula.
Pirámide en la zona 
arqueológica de Yohualichán.