Desde hace mucho tiempo se realizan en la entidad algunas 
actividades económicas que rompen el equilibrio ambiental, 
como el corte de árboles para el aprovechamiento de sus 
maderas o para ocupar su espacio, ya sea para la siembra, 
el ganado o la construcción de edificios. Esto ha reducido 
considerablemente el área de selva y las funciones ambientales 
que realiza como la purificación del aire, la absorción del 
agua de lluvia y el cobijo que brindan sus árboles a una gran 
variedad de plantas y animales.
La roza, tumba y quema son prácticas agrícolas que empleaban 
los pueblos prehispánicos para nutrir la tierra antes de sembrar, 
utilizando las cenizas de la materia vegetal quemada. Esta 
práctica no es sana, pues lamentablemente el fuego arrasa con 
otras especies y contamina el aire. 
Por otra parte, los pantanos son incendiados para obligar 
a salir a las tortugas que habitan en ellos, y así atraparlas y 
comercializarlas, pero muchas mueren carbonizadas. Estas 
acciones ponen en peligro a las especies de la flora y la fauna 
locales.
Otra actividad que ha alterado a la naturaleza 
es la explotación petrolera, ya que en 
algunas ocasiones se presentan derrames 
de petróleo en los ríos, los lagos y el mar; 
esta situación, además de atentar contra 
las diversas especies que habitan en los 
cuerpos de agua, afecta seriamente a 
las personas, pues cuando el ambiente 
en el que se desarrollan se encuentra 
contaminado, se vuelve nocivo para la 
salud y la vida.
¿Sabías que…?
La pesca irresponsable 
que captura a los animales 
acuáticos antes de que 
se reproduzcan, pone 
en peligro de extinción a 
muchas especies.
Las tortugas son 
capturadas sin 
considerar que algunas 
ya se encuentran en 
peligro de extinción.
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