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Sugerencia didáctica
Al concluir la lectura, cada uno de los integrantes del grupo elegirá una de las siguientes frases y la
dirá en voz alta. No importa que las frases se repitan.
Yo tengo derechos que deben ser respetados por los adultos.
Uno de mis derechos es decidir sobre mi cuerpo, ya que éste me pertenece.
Tengo todo el derecho a decir NO y a contarle a alguien de confianza lo sucedido, para que me
proteja.
Todas las personas tenemos derecho a decir NO, aun cuando sea alguien mayor quien nos pide u
ordena algo.
Si alguien me pide que haga algo que yo no quiero o que sé que no está bien hacerlo, entonces tengo
el derecho a decir NO.
Mi cuerpo me avisa cuando algo me incomoda, porque mi corazón se acelera.
Nadie puede obligarme a hacer algo que yo no quiera.
Si no me atrevo a decir NO porque tengo miedo, salgo corriendo y busco a alguien para que me
proteja.
Si no me atrevo a decir NO porque tengo miedo, puedo gritar y hacer mucho ruido para que alguien
me escuche.
Al decir NO evito que se aprovechen de mí.
Mientras más información tengan acerca de su sexualidad, existen mayores probabilidades de evitar
situaciones de abuso sexual; es decir, cuando son capaces de:
m
Conocer su cuerpo y pueden referirse a sus diferentes órganos por su nombre (pene, vagina,
senos, estómago, etcétera).
m
Reconocer que su cuerpo les pertenece y nadie puede tocarlo sin su consentimiento.
m
Distinguir que hay caricias agradables y otras que los hace sentirse mal e incómodos.
m
Comentar con los adultos en quienes confía situaciones que le suceden tanto en casa, como fuera
de ella y que lo hacen sentir mal o incómodos.
La prevención, la educación y los lazos de confianza, así como la creación de redes sociales
dentro de las familias, son las herramientas que ayudarán a evitar el abuso sexual en los
menores y a que los individuos y la sociedad dejen de tener miedo.
Lydia Cacho