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Observo
Describe en tu cuaderno el paisaje de los territorios que 
ocuparon estos pueblos. Ilustra tu descripción.
Mitos de los pueblos prehispánicos de Michoacán
Los pueblos crean 
mitos
y 
leyendas
por varias razones. 
Las antiguas civilizaciones no tenían tantos conocimientos 
científicos como nosotros; sin embargo, al igual que los seres 
humanos actuales, tenían necesidad de conocer y explicar 
lo que sucedía en la naturaleza que los rodeaba.
Entonces, contaban historias que les ayudaban a entender 
cómo era el lugar en que vivían y a responder las preguntas 
que se hacían sobre la naturaleza, su origen como pueblo, 
su destino, etcétera.
Así, los mitos y las leyendas reflejan las creencias, 
las ideas y los valores de un pueblo.
Relee la descripción del paisaje que hiciste, verás cómo 
las características naturales influyen en las ideas de las 
personas. Si en un lugar hay mucha vegetación, sus mitos y 
leyendas reflejan esa riqueza.
Del mismo modo sucede con la organización social de 
un pueblo. Por ejemplo, para los pueblos prehispánicos, los 
niños y los ancianos representaban la pureza y la sabiduría; 
por ello, en el mito anterior, el dios se apiada de ellos y les da 
la oportunidad de renacer.
Los purépechas de 
Janitzio, una de las islas 
del lago de Pátzcuaro, 
llamaban al sol “tata 
Huriata” y a la madre 
naturaleza “nana 
Cuerápperi”. 
Cúes: 
adoratorios hechos 
de rocas para dar gracias a 
los dioses. 
Mito: 
narración 
maravillosa situada fuera 
del tiempo histórico 
y protagonizada por 
personajes de carácter 
divino o heroico. Con 
frecuencia cuenta el 
origen del mundo o 
grandes acontecimientos 
de la humanidad.
Leyenda: 
narración oral 
que puede situarse en un 
lugar y tiempo históricos, 
pero algunos de los hechos 
que cuenta son ficticios.
Los antiguos tarascos o purépechas tuvieron muchos dioses: 
los celestes, los de las cuatro partes del mundo, los del 
infierno, los primogénitos y los locales. La madre de todos era 
Cuerauáperi, quien además era diosa de la vida y la muerte. 
Creían que algunos dioses tomaban forma de animales y 
rendían culto, sobre todo, al fuego, al sol, llamado Curicaveri, 
el gran quemador, que era negro como el carbón. El calzontzin 
era el representante de este dios sobre la tierra, por lo que se 
encargaba de vigilar que siempre hubiera leña para que los 
cúes
permanecieran encendidos.