En el campo tabasqueño vivían las personas que se dedicaban 
a la agricultura, la ganadería, la artesanía, la pesca o el corte de 
maderas. En ese medio habitaban los dueños de las haciendas 
en las que se impulsaban estas actividades y sus trabajadores. 
También había trabajadores independientes, pero constituían 
una minoría en comparación con los primeros.
Las diferencias de condición económica de las personas 
que vivían en el campo eran notorias en aspectos como la 
alimentación, la educación, la vivienda y el vestido. Por ejemplo, 
los hacendados vivían en casas grandes, hechas de ladrillos y 
techadas con tejas de barro, mientras que los trabajadores lo 
hacían en casas similares a las de la época prehispánica. Pero en 
general, todos padecían la falta de servicios y de escuelas en el 
medio rural; la gente con recursos enviaba a sus hijos a estudiar 
a la capital o contrataba maestros particulares, mientras que los 
pobres nacían y morían en la ignorancia. 
En algunas ocasiones, las personas del campo se trasladaban 
a la ciudad para comercializar sus productos, por lo general 
usando los ríos, como puedes observar en la siguiente 
fotografía.
La gente del campo viajaba 
por el río Grijalva para 
llegar a la ciudad, donde 
comercializaba sus productos.
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