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BLOQUE 2
Los antiguos pobladores de nuestra entidad transmitieron 
de manera oral sus leyendas y mitos; sin embargo, la mayor 
parte se ha olvidado, sólo se conservan algunos, como La 
leyenda del tlacuache y El mito del indio toueyo.
C
uenta esta historia que hace muchos siglos una anciana que pescaba en el río 
recogió a dos niños, uno era el Sol y el otro la Luna. La anciana los crió como 
si fueran sus nietos, hasta que un día preguntaron por sus verdaderos padres:
—¿Dónde están nuestros padres? Queremos conocerlos.
A lo que la anciana respondió:
—Los padres de ustedes no están aquí; viven en el monte. ¿Quieren llevarles algo de 
comer? Así podrán conocerlos. 
Los jóvenes contestaron: 
—Sí, vamos, porque realmente los queremos conocer. 
La anciana preparó la comida y les dijo dónde llevarla. 
Los muchachos se perdieron, pero encontraron a un venado. 
—Este venado no puede ser nuestro padre. 
Así que mataron al venado y lo llevaron a un gran cerro. Ahí estaba una hechicera que 
cuidaba el fuego de todo el mundo. Los muchachos le pidieron fuego para cocinar al 
venado. Ella se rehusó porque los muchachos de seguro incendiarían el monte.
De modo que los muchachos pidieron a un tlacuache que le solicitara fuego a la 
hechicera.
El tlacuache hizo lo que los muchachos le solicitaron. Al presentarse ante ella le dijo 
humildemente: 
—Madrecita, tengo frío. Hazme un lugarcito 
junto a tu lumbre para calentarme. 
La hechicera le creyó. De repente el animal 
metió la cola en la lumbre y de esta manera 
obtuvo el fuego para que el Sol y la Luna 
pudieran cocer el venado. Por esa razón, el 
tlacuache no tiene pelos en su cola.
Fuente: Versión libre de los autores.
La leyenda del tlacuache
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El tlacuache es un animal omnívoro que apareció en nuestro 
planeta hace sesenta millones de años, aproximadamente.