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CONTENIDO 3. La visión del mundo 
natural y social de los pueblos 
prehispánicos. Mitos y leyendas
Aprendizaje esperado. 
Reconoce la visión de la naturaleza y la 
sociedad de los pueblos prehispánicos de la entidad.
Un día en la escuela, Marina les enseñó a sus compañeros un libro 
que le regalaron sobre 
mitos
y 
leyendas
tlaxcaltecas.
Lee las leyendas que le gustan a Marina y, al terminar, responde la 
siguiente pregunta.
¿Cómo piensas que se relacionaban los pobladores prehispánicos 
con la naturaleza?
Este libro me 
parece muy 
bonito y 
tiene algunas 
leyendas que  
me gustan, 
como las 
siguientes.
Mito.
Relato de hechos 
maravillosos que trata 
de explicar el origen 
del mundo y de las 
cosas, protagonizado 
por personajes 
sobrenaturales o 
extraordinarios.
Leyenda.
Narración oral 
o escrita sobre un hecho 
real acompañado de 
elementos maravillosos.
Quiahualoxóchitl.
Flor 
de lluvia.
Tepeticpan.
Sobre  
el cerro.
Papalotl.
Mariposa.
Ocotelulco.
Colina  
de los pinos.
La culebra (leyenda tlaxcalteca)
Vivía en el pueblo de Tepanyaco una doncella llamada 
Quiahualoxóchitl
. Era tan linda que muchos príncipes y guerreros 
aspiraban a su amor. Sin embargo, la joven, orgullosa y altiva, 
despreciaba y humillaba a todos sus adoradores.
Un día Quiahualoxóchitl, quien también era cruel y 
vanidosa, pensó que su hermosura bien merecía el 
homenaje del sacrificio sangriento de sus muchos 
admiradores, por lo que pregonó que sería muy de su 
agrado que muchos enamorados lucharan entre sí, para poder 
decidir a quién le otorgaría su corazón.
No tardaron en presentarse frente al palacio de la bella varios 
contendientes, como el rey Aztecalli, señor de 
Tepeticpan
;
Papalotl
, 
señor de 
Ocotelulco
; así como Aztlahua, señor de Atizatlán. A todos 
ellos les faltó poco para perder la vida en los siniestros combates 
provocados por la coqueta Quiahualoxóchitl.
El pueblo presenciaba horrorizado cómo sus más valientes guerreros 
estaban expuestos a morir por los caprichos de la princesa, de tal 
modo que se encaminaron hacia el palacio del señor de Tlaxcala para 
pedirle que evitara que aquella mala mujer prosiguiera ejecutando sus 
maldades.
El señor Timalli escuchó atentamente sus peticiones y prometió castigar 
con energía a la cruel princesa. No tardó el rey de Tlaxcala en ordenar 
que Quiahualoxóchitl quedara prisionera en el palacio de su padre, el 
venerable anciano Magizcatzin, bajo la advertencia de que si osaba 
desobedecer el mandato real recibiría un cruel castigo.