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Libro para el Maestro
Con frecuencia se tiene
la idea de que hay
diferencias innatas entre hombres y mujeres. Que mujeres y
hombres tienen una manera distinta de ver las cosas, de
percibir y reaccionar, así como funciones diferentes, que
están determinadas por su sexo biológico. Analizar esto más
a fondo con los jóvenes es muy importante, ya que desde
muy temprana edad se nos inculcan muchas de estas ideas
estereotipadas, que interfieren en el desarrollo propio y en
las relaciones que establecemos con personas de ambos
sexos. Para aclarar esto analicemos más a fondo ciertos
términos.
EL SEXO
El sexo se refiere a las diferencias biológicas que existen
entre hombres y mujeres y, más específicamente, a las
diferencias de sus órganos sexuales. Es algo que se define
desde antes de nacer y que permanece después de la
muerte.
Diversos autores [Reinisch y Beasley 1992; Katchadourian y
Lunde 1979] plantean una secuencia de etapas de desarro-
llo del sexo, cada una de las cuales sienta las bases para la
etapa siguiente. La primera manifestación es el sexo
cromosómico
, que se refiere justamente a los cromosomas
femeninos o masculinos (XX o XY), y se determina en el
momento en que se unen el espermatozoide y el óvulo. A
partir de la concepción, el embrión se desarrolla y se da
entonces lo que se conoce como
sexo gonadal
, que consiste
básicamente en la formación de las estructuras que darán
lugar a testículos u ovarios, aproximadamente a los 45 días
de la gestación, lo que permite la producción de testostero-
na en el hombre y de estrógenos en la mujer. La producción
de estas sustancias se denomina
sexo hormonal
. Estas
hormonas, a su vez, estimulan el desarrollo de los órganos
sexuales del embrión (al igual que lo hacen después, en la
pubertad, con los caracteres sexuales secundarios). EI
desarrollo y la presencia de vulva y vagina o de pene y
escroto se llama
sexo de los órganos externos
.
Estas características hacen que cuando nace un nuevo ser
digamos que se trata de un niño o de una niña; esto se
conoce como
sexo asignado al nacer
. En ese momento, el
sexo biológico queda completamente determinado.
LA SEXUALIDAD
La sexualidad empieza con el nacimiento y termina con la
muerte; es algo dinámico que cambia a lo largo de toda la
vida, a diferencia del sexo, que es permanente.
La sexualidad es mucho más que tener pene o vagina, las
relaciones sexuales y la posibilidad de procrear. Tiene que
ver con sentimientos, valores y expresiones y con la percep-
ción de uno mismo según su sexo. Por ejemplo, la manera
como nos vestimos, peinamos o movemos se relaciona con
la sexualidad, así como la forma en que nos relacionamos
con los demás, hombres o mujeres, en la vida cotidiana. La
sexualidad tiene un aspecto erótico vinculado a las relacio-
nes “erótico-sexuales”, y otro no erótico, que sería el que
tiene que ver con el desarrollo, con las relaciones interper-
sonales en general y con la percepción de uno mismo, entre
otros. Eusebio Rubio (1994, t. I, p. 21) afirma lo siguiente:
El término sexualidad es el resultado de cómo [el grupo
o el individuo] ha construido el concepto. En efecto, la
sexualidad es, ante todo, una construcción mental de
aquellos aspectos de la existencia humana que adquie-
ren significado sexual y, por lo tanto, nunca es un
concepto acabado y definitivo, pues la existencia misma
es continua y cambiante.
EL GéNERO
Como ya lo dijimos, al nacer se asigna o atribuye a la
persona un sexo a partir de los órganos sexuales externos
que presenta. Para nosotros es un niño o una niña; sin
embargo, el bebé en sí mismo no está consciente de ello.
Más o menos entre los dos y los tres años se establece lo
Género y preferencias sexuales
Secretaría de Educación y Cultura.
Adolescentes en situaciones de riesgo. Programa de estudio y materiales de apoyo.
Asignatura optativa. Educación secundaria. 3º grado
. México: SEC Quintana Roo, 2003, pp. 91-98.