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Libro para el maestro
cada término cuenta con diversas connotaciones en 
relación con el contexto histórico en que se ubique. 
Por ejemplo, la idea de rey que ofrecen los medios de 
comunicación actualmente, es diferente de la concep-
ción de los reyes absolutos. Contextualizar en tiempo 
y espacio los significados, exige un esfuerzo didáctico 
de diferenciación en congruencia con el contexto so-
cial, político e histórico que se estudie (Prats: 2001. p. 
45). Es fundamental considerar que tanto la dimen-
sión temporal, como la contextualización de la infor-
mación, son elementos implicados en los procesos de 
razonamiento y solución de problemas de contenido 
histórico, y que sin su comprensión cabal, se dificulta-
rá la construcción de conocimientos propios de la 
asignatura.
Procure que los alumnos identifiquen el significado de 
conceptos y palabras a través de su contexto en la 
oración, en el texto donde aparecen y las confronten 
con la información obtenida de algún diccionario, de 
manera que construyan significados propios acordes 
con el tema que estén estudiando. Para conocer el 
grado de comprensión de un concepto, especialmente 
los sociales y temporales, es necesario observar la ca-
pacidad de los alumnos para aplicarlo, de acuerdo con 
el contexto histórico, más que para definirlo. Promue-
va que los alumnos asocien, de manera inicial, los con-
ceptos estudiados con uno de los ámbitos de la vida 
social propuestos en el programa (político, económico, 
social, cultural) y, posteriormente, que lo relacionen 
con alguno de los otros ámbitos.
Formación de una conciencia 
histórica para la convivencia 
Los alumnos suelen pensar que esta disciplina no tiene 
una aplicación práctica, que no es útil y que los suje-
tos históricos son individuos que destacaron en el pa-
sado. Por ello, se propone reorientar el sentido de la 
asignatura en secundaria con el fin de que los alum-
nos puedan asociar los contenidos históricos con su 
propia vida y el momento en el que viven, en ocasio-
nes, con sus intereses o inquietudes. 
En este curso se busca dar a los jóvenes elementos 
para comprender características de la vida actual 
como “… la velocidad de los cambios tecnológicos; la 
avalancha de informaciones disponibles imposibles de 
procesar en su totalidad por cada individuo; la necesi-
dad de tomar decisiones fundamentadas y racionales 
ante disyuntivas diversas…“ (López Facal: 2000, p. 48). 
La comprensión de los conflictos en el presente y su 
origen en otros periodos dará a los alumnos la posibi-
lidad de analizarlos, proponer alternativas de solución, 
cooperar y participar en asuntos de interés colectivo, 
tomar decisiones y enfrentarse a los problemas que se 
le plantean. 
La sección
¡Aquí y ahora!,
ubicada al inicio de cada 
secuencia, permitirá a los alumnos establecen relacio-
nes entre pasado-presente y visualizarse como sujetos 
históricos responsables. Por otro lado, en las secuencias 
de evaluación de cada bloque, se incluyen actividades 
destinadas a fomentar la formación de la conciencia 
histórica, aprovéchelas para propiciar la reflexión sobre 
el impacto de sus acciones y de las de los distintos gru-
pos sociales en el devenir histórico, así como en la ela-
boración de explicaciones empáticas. 
Procure relacionar lo estudiado en el libro con el en-
torno de los estudiantes, de manera que puedan darse 
cuenta de que sus acciones individuales y colectivas 
forman parte de la historia de la humanidad y pueden 
influir en el futuro. 
La superación de las dificultades enunciadas, suponen 
una gradación de la información, el manejo de nocio-
nes y de acercamientos a la metodología para el estu-
dio de la Historia, que estarán presentes desde el se-
gundo grado de la educación secundaria, siendo 
coordinadas y evaluadas en sus diferentes pasos y de 
forma permanente por el docente; pues los resultados 
de dicho seguimiento permitirán diseñar estrategias 
adecuadas para superarlas. Recuerde que muchos de 
los conceptos, habilidades y actitudes que se propone 
adquirir y desarrollar en este curso son complejos. Su 
aprendizaje se inserta en un proceso lento y gradual 
que implica un trabajo constante y sistemático. 
Para superar los planteamientos tradicionales de la 
historia y darle a la asignatura un nuevo sentido, se 
considera que “la desmoralización general e histórica