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La mayoría de las estancias estaban en los 
municipios de Campeche, Tenabo, Hecelchakán 
y Calkiní. En ellas se criaban vacas y caballos, se 
producía miel, caña de azúcar y sal, y otras se 
dedicaban al corte del palo de tinte.
Al crecer la población de la villa y elevarse el 
precio del maíz, del trigo y de otros granos, en 
las estancias se empezaron a realizar actividades 
agrícolas que necesitaban mucha mano de obra 
para el cultivo y la cosecha, lo cual hizo que se 
fueran poblando hasta convertirse en haciendas.
Cuenta mi abuelito que las haciendas proporcionaban a los 
mayas tierras para trabajarlas y casa donde vivir, exigiéndoles a 
cambio un día obligatorio de trabajo.
En las haciendas había una tienda de raya, 
llamada así porque los indígenas que no sabían 
firmar ponían una raya en la libreta de pago. 
Ahí se les hacían préstamos de dinero y se les 
vendían cosas que nunca podían pagar, lo que 
los obligaba a permanecer en ellas.
Si la persona que debía se moría, la deuda 
pasaba a sus hijos. Si trataba de huir, lo 
regresaban con ayuda de la autoridad.
En las haciendas agrícolas se cultivaban frutas, 
verduras y cereales, como naranja, melón, 
plátano, limón, coco, pepino, rábano, cebolla, 
lechuga, cilantro, hierbabuena, nabo, zanahoria, 
café, trigo, arroz, oliva y otras más procedentes 
de España y otros países.
En las haciendas ganaderas se criaban: vacas, 
caballos y cerdos.
Tienda de raya de la hacienda Uayamón.
Naranja.
Vaca.
Caballo.
Cerdo.
Coco.
Pepino.
Plátano.